QVatro co
ſsas dixeron los antiguos, que deuen auer en
ſsi los adalides.
a La primera,
ſsabiduria. La
ſsegunda, esfuerço. La tercera, buen
ſse
ſso natural. La quarta lealtad. E
ſsabidores deuen
ſser, para guardar las hue
ſstes, e
ſsaber las guardar de los malos pa
ſsſsos, e peligros. E otro
ſsi deuen
ſser
ſsabidores, do han de pa
ſsſsar las hue
ſstes, e las caualgadas, tan biẽ las paladinas, como las que fazen a
ſscondidamẽte, guiãdolas atales lugares, q̃ fallẽ agua, e leña, e yerua, do puedan todos po
ſsar de
ſso vno. Otro
ſsi deuen
ſsaber los lugares, que
ſson buenos, para echar ce ladas, tã bien de peones, como de caualleros, e de como deuẽ e
ſslar enellas callãdo, e
ſsalir ende quãdo lo ouie
ſsſsen mene
ſster. E otro
ſsi les cõuiene, que
ſsepan muy biẽ la tierra, q̃ hã de correr: e onde han a embiar las algaras. E e
ſsto por que lo puedã mas ayna e mejor fazer, e
ſsalir en
ſsaluo, con lo que robarẽ. E otro
ſsi, como
ſsepan poner atalayas, e e
ſscuchas, tan bien las manifie
ſstas, como las otras, a que llaman e
ſscu
ſsanas. E traer barrunte, de
ſsus enemigos, para auer
ſsiẽpre
ſsabiduria dellos. E quãdo de
ſsta gui
ſsa, nõ lo podie
ſsſsen fazer, deuẽ
ſse trabajar, como
ſsepan tomar algu nos
b de los de aq̃l lugar, a q̃ quierẽ fazer guerra, por que por ellos puedan
ſsaber ciertamente, como e
ſstan los enemigos, e en que manera los deuen ellos guerrear. E vna de las co
ſsas q̃ mucho deuen catar, es, q̃
ſsepã que viãda han de leuar los que fuerẽ en las hue
ſstes, e en las caualgadas, e para quãtos dias, e que la
ſsepan fazer, alongar
ſsi mene
ſster fuere. E porende, los antiguos que erã muy
ſsabidores de guerra, tan grãde auian el
ſsabor de fazer mal a
ſsus enemigos: que lleuauã
ſsus viandas, toxadas
c en arguenas, o en talegas, quando yuan en las caualgadas, e nõ queriã le uar otras be
ſstias. E e
ſsto faziã, por yr mas ayna, e mas encobiertamente, e quanto mas honrrados eran, tanto mas
ſse preciauan, e
ſse tenian por mejores, en
ſsaber
ſsofrir a fan, e pa
ſsſsar con poco en tiempo de guerra. E e
ſsto fazian por vencer
ſsus enemigos
ſsemejãdo les q̃ precio ni
ſsabor de
ſste mundo nõ era mayor, q̃ es e
ſste. E por que
ſsu vianda leuauã, a
ſssi como
ſsobredi cho es, llamarõ lo de
ſspues talegas. Onde de todas e
ſstas co
ſsas, que agora en e
ſsta ley diximos, deuen
ſser muy
ſsabidores los adalides, para
ſsaber las ellos mo
ſstrar, a todos los otros omes como lo
ſsepan. E por que en aquello que a ellos conuiene de fazer, les deuen los omes
ſser bien mãdados tan bien Emperadores como Reyes, e todos los otros que en las guerras fueren, e por ellos
ſse ouieren a guiar, e porende el
ſsu acab dillamiento es muy grãde. E los q̃ non los quieren
ſser biẽ mãda dos, deuen auer tal pena qual falla
ſsſse el Rey, que mere
ſscie
ſsſsen,
ſsegund el daño q̃ re
ſscibie
ſsſsen, los de la caualgada, por q̃
ſse les de
ſsmandaron. E esforçados de coraçon, ha mene
ſster que
ſseã, de manera que non
ſse pierdan, ni de
ſsmayen, por los peligros, quãdo les acae
ſscieren: a
ſssi como de errar, el lugar do cuydauã yr, e
ſsalir a otro mas peligro
ſso: o como quãdo les die
ſsſsen
ſsalto, grã poder de los enemigos a
ſsobreuienta, e ellos touie
ſsſsen poca gente con
ſsigo. O quando les aca
ſscie
ſsſsen otras co
ſsas
ſsemejantes de
ſstas: ante deuẽ auer buenos coraçones rezios, para esforçar e confortar, a
ſssi mi
ſsmos, e a los otros, e meter y las manos, e ayudar les biẽ con ellas, quãdo mene
ſster fue
ſsſse. Ca nõ es derecho q̃ e
ſstos atales popẽ
ſsus cuerpos, pues q̃ los otros auenturã los
ſsuyos, yendo en
ſsu guiamiẽ to. E nõ tan
ſsolamente, deuẽ auer esfuerço de fecho, mas a vn de palabra, de manera q̃
ſsepã los otros esforçar
ſse, e conortar
ſse con ella. E palabra verdadera es de los antiguos, q̃ muchas vegadas vence el buẽ esfuerço,
d la mal andãça. E buẽ
ſse
ſso natural, deuẽ auer, porq̃
ſsepã obrar de
ſstas co
ſsas, tã biẽ de la
ſsabiduria, como del e
ſsfuerço, de cada vno en
ſsu lugar. E que
ſse pã auenir los omes quãdo e
ſstuuierẽ de
ſsauenidos. E partir con ellos lo q̃ ouie
ſsſsẽ. E honrrar, e
ſseruir los omes buenos, que anduuie
ſsſsen en las hue
ſstes, o en las caualgadas: q̃ ellos guia
ſsſsen. Mas
ſsobre todas las otras co
ſsas, cõuiene, q̃
ſseã leales, de manera q̃
ſsepã amar
ſsu ley, e
ſsu
ſseñor natural, e la cõpaña q̃ guiã. E que de
ſsamor, ni mal querẽcia, ni cobdicia, nõ les mueua a fazer co
ſsa q̃ cõtra e
ſsto
ſsea. Ca pues q̃ ellos fiãdo
ſsſse en
ſsu fieldad,
ſse metẽ en poder de
ſsus enemigos, o en lugates do nunca entraron,
ſsi ellos leales non fue
ſsſsen, mayor
ſseria la trayciõ,
e e mas daño
ſsa, q̃ de otro ome, porq̃ todo el mal que qui
ſsie
ſsſsen, podriã fazer en ellos. E porẽde, antiguamẽte, fueron catadas todas e
ſstas quatro co
ſsas, q̃ las ouie
ſsſse en
ſsi el adalid. E por e
ſsto los llamã adalides, q̃ quiere tanto dezir como guiadores, que ellos deuen auer en
ſsi, todas e
ſstas co
ſsas
ſsobredichas, para bien
ſsaber giar las hue
ſstes, e las caualgadas, en tiempo de guerra.