DE
ſsconuenientes nõ deuen
ſser las palabras del Rey, e
ſse riã atales en dos maneras. La primera, como
ſsi la dixe
ſsſse en grand alabãça de
ſsi:
e ca e
ſsta es co
ſsa q̃ e
ſsta mal a todo ome, por que
ſsi el bueno fue
ſsſse,
ſsus obras le loaran. E
ſsegund dixo Seneca el filo
ſsopho, q̃ quiẽ mucho
ſse alaba, que enuilece
ſsu honrra. E otro
ſsi dixo el Rey Salomon, la boca de otri, te alabe e non la tuya: que por la agena, es ome alabado, e non por la
ſsuya. E otro
ſsi non deue alabar a otri, diziendo del mas bien, de lo q̃ ha
f en el, porque tal alabança como e
ſsta, es li
ſsonja
g que quiere tãto dezir, como loor engaño
ſso e co
ſsa, q̃ e
ſsta mal a todo ome, q̃ lo faze, e mayormẽte al Rey. E porẽde dixo Seneca, ꝗen alabar quiere, a otri que lo deue fazer templada mente: ca el alabãça q̃ es ademas,
ſsate de
ſsu logar, e torna
ſsſse en denue
ſsto, q̃ es de las tres maneras de deno
ſstar, e a vn la mas e
ſscarnida de todas. E la otra es diziẽ do mal de
ſsus mayorales a
ſssi como de dios, e de
ſsus
ſsantos. E otro
ſsi de los Señores terrenales a
ſssi como de los Reyes, cuyos va
ſsſsallos naturales
ſson: o de los de ꝗen de
ſsciẽden por la liña derecha, a
ſssi como padre, o madre, o dẽde arriba. Ca el deno
ſstar a dios, es contra natura
h, a
ſssi como dezir mal la fechura del fazedor, e de mas es co
ſsa q̃ nõ puede
ſser, diziẽdo mal de aq̃l en quien nõ lo ay. E deno
ſstar los
ſsantos es muy grãd locura: ca a ellos han los omes por medianeros
i entre
ſsi e dios. |
E porende los que los denue
ſstã,
ſson atales, como los q̃ e
ſscupẽ cõtra el cielo, e les cae en los ro
ſstros.
a Ca pues, el denue
ſsto q̃ les dizẽ, nõ cae en ellos, por fuerça conuiene q̃
ſse torne en los q̃ lo dizẽ. E dezir mal de los Reyes e de los otros Señores, es atreuimiẽto, e deslealtad, como deno
ſstar aq̃llos, en cuyo poder
ſson, e de quiẽ re
ſscibẽ biẽ, e de
ſsu linaje dezir palabra de denue
ſsto es grã mal e
ſstança e necedad e de mas esco
ſsa q̃
ſse torna en denue
ſsto todo en ellos mi
ſsmos. E e
ſstos denue
ſstos q̃ diximos, cõuiene menos dezir al Rey, q̃ a otro ome. Ca pues q̃ es tenudo de e
ſscarmẽtar a los que tales palabras dixerẽ, mucho mas deuen guardar a
ſssi mi
ſsmos de las dezir. E a vn
ſse deue guardar ẽla tercera manerade dezir mal delos omes deno
ſstãdolos,
ſseyẽdo ante el, o en otro logar, nõ mere
ſsciẽdo
b porq̃: ca el Rey q̃ denue
ſsta los omes ante el, en tal manera q̃ los omes lo oyã: mas
ſsemeja q̃ los ꝗere enfamar, q̃ ca
ſstigarlos. E deno
ſstãdo los quan do nõ e
ſstã ante el, o a
ſsſsacando les algũd mal, en q̃ nõ ouie
ſsſsen culpa, mue
ſstra q̃
ſsu palabra, es mas a daño q̃ a pro, porq̃ non e
ſstan delãte aq̃llos cõtra quiẽ lo dizc. On de de todas e
ſstas palabras, que dicho aue mos,
ſse deue el Rey mucho guardar. Ca
ſsin la mal e
ſstança: q̃ faria en dezir las, podria ende venir muy grãd daño a
ſsu gen te, por q̃ los omes q̃ las oye
ſsſsen, tomar las yen por ciertas en gui
ſsa q̃ fincarian enfamados aq̃llos, cõtra quien las dixe
ſsſsen. E
ſsobre e
ſsto. ca
ſstigo Ari
ſstoteles al Rey Alexãdre, diziẽdole q̃ guarda
ſsſse mucho las palabras: q̃ dezia, q̃ de la boca del Rey
ſsale vida e muerte a
ſsu pueblo: e honrra e deshõrra: e mal e bien.
c E ha mene
ſster q̃ ruegue a dios, q̃ le ayude en ello, a
ſssi como dixo el Rey Dauid
d ſsu oraciõ põ Señor, guarda a la mi boca, e cerradura e puerta en los mis labrios. E por e
ſsſso dixo puerta
ſseñaladamente, por q̃ la podie
ſsſse abrir, para dezir las palabras q̃ conuiene: e cerrarla para callar,
e las que nõ fue
ſsſsen para dezir. Onde el Rey q̃ de
ſsta gui
ſsa nõ guardare
ſsu boca, e v
ſsa
ſsſse dezir las palabras de
ſscõuenientes que de
ſsu
ſso diximos, dar le ye dios, muy grãdes penas en e
ſste mũdo: ca fazer ley eque los omes touie
ſsſsen en vil
ſsus palabras: e
ſse atreuie
ſsſsen a dezir mal del, como en manera de venganca, e en el otro dar le ye pena del mal dezir
ſsin razon, que es muy grand pecado: e pe
ſsa mucho a dios.