I à mi me ofrecieron luego que
lleguè à Lima por Oidor, la Catedra de prima de Leyes de aquella Vniversidad, con muy crecido
salario, i honrosos partidos, i que
acomodarian la hora en que se huviesse de leer, de forma que no se
encontrasse con las de la Audiencia, i aunque hize de este ofrecimiento la estimacion debida, no
me atrevi à acetarle, por no contravenir estas Leyes. Si bien aora
ha salido un libro de un docto Moderno,
q̃
que
dize aver acetado, à mi
imitacion, la que à el le dieron en
la Vniversidad de Napoles, por
no estar bien informado de lo que
huvo en el caso, ò porque en Salamanca corrio la voz de que me la
avian dado.