I tal ò qual vez he oido dezir,
que del mesmo gozaron en la Iglesia de Mexico los Inquisidores
Bonilla, i don Alonso de Peralta,
que eran Prebendados della. I en
la de Lima el Inquisidor Zerezuela. Pero despues el Real Consejo de las Indias no quiso admitir
que esto se continuasse en las Iglesias dellas, porque las mas aun no
tienen los Prebendados suficientes para su servicio, i obligaciones,
especialmẽte
especialmente
aviẽdose
aviendose
ya suprimido casi en todas un Canonicato para ayuda de pagar la costa de
los salarios del Santo Oficio, como arriba lo dexo apuntado.