Lo qual lo tengo por puesto en
razon, porque los Teologos, por
doctos que sean, no penetran bastantemente la teorica i practica
de la jurisprudencia, i por la mayor parte determinan los pleitos
caprichosa ò arbitrariamente, apartandose de las solidas dotrinas
i determinaciones de ella, como
lo advierten bien Geronimo de
Zevallos, Agia, i el Dotor Carrasco.