Pero por ceñirnos al nuestro, la
mas justa causa que se suele hallar
para diuidir los Obispados, es, la
que resulta de la distancia de los
lugares, ò el averse poblado tantos, ó multiplicado desuerte el
numero de los
q̃
que
los
habitā
habitan
, que no
puedan conmodamente governarse por un pastor, como lo tiene dispuesto el derecho Canonico, en cuya ilustracion dizen mucho de esta
materia los que le glossan,
trayendo muchas cosas, de los efetos
que suele obrar, i causar la larga
distancia de los caminos, de
q̃
que
tambien tenemos una celebre glossa
que los
comprehẽdiò
comprehendiò
en unos versos, i lo que larga i doctamente
jũ
ta
junta
Menochio,
concluyendo, que
todo lo tocante à esta materia de
erigir, unir, ò dividir Obispados,
i de estimar las distancias que pueden obligar à las divisiones, queda
por mayor parte en arbitrio de
los juezes, i varones prudentes,
q̃
que
puedan ponderar como deben lo
necessario.