I de esta inobservancia se originò aquel pleito que durò tantos años en la Audiencia de Lima,
i en Real Consejo de las Indias,
entre don Antonio Vaca de Castro, i los Gentileshombres, Lan
ças, i Arcabuzes del Perù, à los
quales el Virrey Marques de Ca
ñete, que llaman el Viejo, estando inhibido de encomendar, dio
una gruessa Encomienda de Indios, à titulo de sueldos de sus
plaças, los quales se le avia permitido que pudiesse señalarles, i
como despues el Conde de Nieva
diesse la mesma Encomienda al
dō
don
Antonio, los Lanças se defendian,
alegando, la tenian como en prenda de sus sueldos, i que no era visto exceder el mandato, quien executaba lo equipolente, ò le mejoraba,
i don Antonio replicaba,
que el Marques no se los pudo situar en la dicha Encomienda, porque no tenia facultad para darlas,
aunque la tuviesse para proveer de
sueldos à aquellos soldados en otra forma; porque aun por titulo
de remuneracion i gratificacion no
se puede exceder del mandato,
ni
aquella consignacion tenerse por
equipolente, pues no solo excedia,
sino contravenia el orden i voluntad del mandante. I aunque salio
sentencia en favor de los Lanças,
dificultaron mucho este pleito, las
razones, que contra ellos van apuntadas, i
cōducen
conducen
tanto à la materia de que tratamos.