Pareciendo, que no era justo,
q̃
que
hombres que son libres, i mandados tratar como tales, hiziessen oficio de bestias, pues, aun en los esclavos, reprehenden san Agustin, i
Clemente Alexandrino,
que nos
sirvamos como de jumentos, los
q̃
que
somos Christianos. Especialmente
considerando, que no ay cosa que
assi enerve el cuerpo, i debilite sus
fuerças, como el oprimirle de ordinario con tales cargas, como refiriendo al Abulense,
lo nota Agia
en nuestro proposito.