Prologo.


Prologo.

LA fe catholica de nueſstro ſseñor Ieſsu Chriſsto auemos moſstrado, en la primera partida deſste libro, como ſse deue creer, e honrrar, e guardar. E eſsto fezimos por derecha razon, porque Dios es primero, ecomienço, a e medio, e acabamiẽto, de todas las coſsas. E otroſsi fablamos delos perlados, e de toda la clerezia, q̃ ſson pueſstos para creer la, e guardarla ellos en ſsi, e moſstrar a los otros como la crean, e la guarden. E como quier que ellos, ſson te nudos de fazer eſsto que dicho auemos, cõ todo eſsſso, porque las coſsas, que han de guardar la fe, b non ſson tan ſsolamen te, delos enemigos manifieſstos, que en ella non creẽ, mas aun delos malos Chriſstianos atreuidos que la non obedeſscen ni la quieren tener, c nin guardar, d e por que eſsto es coſsa q̃ ſse deue vedar, e eſscarmentar crudamente, lo que ellos non pueden e fazer, por ſser el ſsu poderio eſspiritual que es todo lleno de piedad, e de merced: porende nueſstro Señor Dios, puſso, otro poder temporal f en la tierra con que eſsto ſse cumpliſsſse: aſssi como la juſsticia que quiſso, que ſse fizieſsſse enla tierra, por mano delos Emperadores, e de los Reyes. E eſstas ſson las dos eſspadas, porque ſse mantiene el mundo. La primera eſspiritual. E la otra temporal. La eſspiritual taja los males aſscondidos, e la temporal, los manifieſstos. E deſstas dos eſspadas, fablo nueſstro ſseñor Ieſsu Chriſsto el jueues dela cena, quando pregun to a ſsus diſscipulos: prouandolos: ſsi auiã armas, con que lo amparaſsſsen de aquellos que lo auian de traer, e ellos dixeron que auian dos cuchillos, g el qual reſspõdio, como aquel, que ſsabia todas las coſsas, e dixo, que aſsſsaz auia. Ca ſsin falla eſsto abonda, pues aqui ſse encierra el caſstigo del ome, tambien en lo ſspiritual, como en lo temporal. E porende eſstos dos poderes, ſse ayuntan, ala fe de nueſstro Señor Ieſsu Chriſsto por dar juſsticia, cõplida mente, al alma, e al cuerpo. Onde conuiene, por razon derecha, que eſstos dos poderes, ſsean ſsiempre acordados h aſssi, | que cada vno dellos ayude, de ſsu poder al otro, ca el que deſsacordaſsſse, vernia cõ tra el mandamiento de dios, e auria por fuerça, de menguar la ſse, e la juſsticia, e nõ podria luengamente durar la tierra, en buen eſstado, ni en paz, ſsi eſsto ſse fizieſsſse. E porende pues que en la primera partida deſste libro, fablamos dela juſsticia eſspiritual, e de las coſsas que perteneſscen para ella, ſsegund ordenamiento de ſsanta egleſsia conuiene que moſstremos en eſsta ſsegunda partida dela juſsticia temporal, e de aquellos que la han de mãtener. E primeramẽte de los emperadores, e de los Reyes q̃ ſson las mas nobles perſsonas, e hõrradas, a quiẽ eſsto perteneſsce mas que a los otros omes, e de ſsi de los otros grãdes ſseñores, e moſstraremos quales deuẽ ſser. E otroſsi, como deuen endereçar ſsus tierras, e ſsus reynos, e ſseruirſse, e aprouecharſse, de los bienes dellos, E quales deuẽ ſser a ſsus pueblos, e los pueblos a ellos E de cada vna deſstas razones, diremos a delante en ſsu lugar: ſsegund lo moſstrarõ los ſsabios entendidos, e conuiene por de recha razon que ſsea fecho e guardado.
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