Entre otros de los Romanos,
dize una glossa de Acursio,
que
se cobraba la octava parte del precio de todas las cosas, que se vendian. Pero en esto recibio engaño,
porque la octava era por los Portazgos, ò Almojarifazgos, de que
trataremos en el capitulo siguiente; pero por las ventas, si eran de
esclavos, solian cobrar la quadragesima, ò quinquagesima. I si de
otras cosas, la centesima, la qual
despues el Emperador Tiberio reduxo à la ducentisima, como por
las autoridades de algunos Textos, i de Cornelio Tacito, Suetonio Tranquilo, i otros, lo averiguan bien Iacobo Cuiacio, i los
que han escrito comentarios sobre
estos Autores.
I no lo ignorò
nuestro Ignacio de Lassarte en su
docto tratado de las Alcabalas,
notando en quanto à esto à Otalora, Covarruvias, i otros, que dixeron, que los Romanos no avian
conocido semejante Tributo.