AVnqve parece
se avia proveido bastantemente lo necessario
para mantener
en paz, i justicia
las provincias
de las Indias,
cō
con
la fundacion de las Audiencias, i
Magistrados, de que he tratado
en los capitulos anteriores. Todavia, como se fueron poblando, i
ennobleciendo tanto, pareciò conveniente, que por lo menos en las
principales dellas, que son las del
Perù, i las de la Nueva-Fspaña, se
pusiessen Governadores de mayor
porte, con titulo de Virreyes, que
juntamente hiziessen oficio de Presidentes de las Audiencias que en
ellas residen, i privativamente tuviessen à su cargo el govierno de
aquellos dilatados Reinos, i de todos las facciones militares, que en
ellos se ofreciessen, como sus Capitanes generales, i en conclusion,
pudiessen hazer, i hiziessen, i cuidar, i cuidassen de todo aquello,
q̃
que
la mesma persona Real hiziera, i
cuidara, si se hallara presente, i entendiessen convenir para la
conversiō
conversion
, i amparo de los Indios, dilatacion del Santo Evangelio, administracion politica, i su paz, tranquilidad, i aumento en lo es|
piritual, i temporal.