I de aqui naciò la alabança que
Pliniò dà à Trajano en su Panegyrico, en razon de que en su
tiempo se avia restituido esta entera libertad de votar al Senado,
siendo assi, que en los de otros
Emperadores, todos se iban al
sabor de su paladar, sin atreverse
à desplegar los labios en contrario, ni dezir cosa, que pudiesse causarles desabrimiento, como el mesmo Plinio, i Iuvenal
lo dizen,
hablā
hablan
lo del de Domiciano. I Ciceron, Dion, Suetonio, i Cornelio
Tacito, de otros, doliendose, de
que faltaban ya en el Senado los
Catones, Scevolas, i Messalas, que
con animo valeroso, se solian oponer à sus cabeças ò superiores.