Consideradas las quales razones, i otras que à este proposito se
podran ver en librito de oro, intitulado, Milicia Evangelica, que
escribio el Noble, Docto, i venerable Varon M. don Manuel Sarmiento de Mendoza, meritissimo
Canonigo Magistral jubilado de
la santa Iglesia de Sevilla, se mandaron hazer, i hizieron muchas
juntas de gravissimas personas de
todos los Consejos, entre los quales Yo fui nombrado por el de las
Indias, aunque sin merecerlo, i todos nos venimos à
cōformar
conformar
, en
q̃
que
por averse ya passado mucho
tiẽ
po
tiempo
, desde que los Padres Iesuitas
impetraton el Breve de Clemente VIII. i entraron i predicaron
solos en las Missiones del Iapon,
i todavia no se avian conseguido
por este medio los grandes efetos, i progressos que ellos se prometian, en la conversion de aquellos Infieles, era justo, i conve
niente, que el Rey nuestro Se
ñor, con la debida sumission, i respeto, propusiesse, i suplicasse à su
Santidad, que se sirviesse de reducir este negocio à la antigua
forma del Evangelio, desuerte,
q̃
que
todos los Religiosos, i por todas
partes, como mas comodidad tuviessen, se ocupassen en la predicacion, i conversion Christiana de
Iapones, i Chinos, absteniendose empero de todo genero de tratos, i contratos con ellos, que
oliessen à mercancia, ò pudiessen
dar sospecha, por pequeña
q̃
que
fuesse, de que se iban à buscar entre
ellos ganancias, ni interesses temporales.