Pero no es mi intẽto intento dezir por esto, que los Prelados abdiquen totalmente de si la atencion, i cuidado de aquellas mesmas cosas que cometen i encargā encargan à sus Vicarios, i Visitadores, porque antes las han de exercer, quando conviniere, jũ tamente juntamente con ellos, i estar muy atẽ tos atentos i vigilantes en sus acciones, i procedimientos, como se lo aconseja el Tridentino, i una ley Recopilada.
Porque el ojo del señor engorda el cavallo, segun el Adagio, que de Caton, Plinio, i otros recogio Erasmo,
refiriendo el apophtegma de uno, que preguntado, qual estiercol era el mejor para fecundar los campos? Respondio, que los passos ò pissadas de su dueño.
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