I supuesto, que ningun Medico
cuerdo i prudente, procurando la
salud del cuerpo enfermo, usarà de
remedios, en que vaya dudoso, si
pueden convenir para mejorarla,
ò que sean mas graves, i peligrosos, que la mesma enfermedad que
pretende sanar, i evitar.
Esso mesmo
debẽ
deben
imitar i procurar los
q̃
que
hazen leyes para el govierno de las
Republicas, como lo dixo el Emperador Iustiniano, alabado sumamente en esta parte por Pedro
Gregorio. Porque lo demas es ir
contra el Aforismo de todos los
Politicos, que enseñan,
q̃
que
nunca
son buenos los remedios en que
puede peligrar la Republica tanto ò mas, que en los daños, que se
|
pretendian atajar con ellos; i que
ay males, que se hazen mayores, si
pretẽdemos
pretendemos
curarlos, i
q̃
que
su unico
remedio (como lo dixo el Tacito)
consiste, en no buscarles remedio.