A los quales podremos juntar este nuestro; porque la razon de admitir las mugeres à las Encomiendas de los maridos difuntos, fue, como ya lo he apuntado,
para que los antiguos Conquistadores, Pobladores, i Pacificadores recibiessen en si mayor remuneracion, i se alentassen con esto à casarse, i quedarse en las Indias, procreando hijos que hiziessen lo mesmo, i atrayendo con la esperança de esta sucession, doncellas nobles de estas, i de aquellas partes, que se quisiessen ir à casar con ellos. La qual razon no milita igualmente en los maridos, quando se casan con mugeres Encomenderas, por la esperança de esta mesma sucession; porque antes los que por esto las apetecen, suelẽ suelen ser hombres sin meritos, i advenedizos, i por la mayor parte las buscan viejas, por heredarlas mas presto, en que se vè, que no ponen la mira enla procreacion de los hijos, i poblacion de la tierra, i que solo se da ocasion de fraudar, i frustrar en todo i por todo la intenciō intencion de la ley, i que los estraños, ò advenedizos se vayā vayan por este camino, apoderando de las mejores Encomiendas de las Indias, en perjuizio i grave descōsuelo desconsuelo de los benemeritos dellas, lo qual nũ ca nunca se debe admitir, ni permitir.
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