I debe movernos mucho el
exẽ
plo
exemplo
de los Romanos Pontifices,
que aunque pueden concederlas, i
en tiempos antiguos las concedieron en lo Eclesiastico, como ya se
ha visto, despues los daños, i graves inconvenientes que experimentaron en ellas, les hizieron tenerlas por detestables, i prohibidas,
como demas de los referidos, lo
dizen bien Estafileo, i los que le siguen.