En cuya confirmacion se puede
añadir, que tambien el privilegio
del Principe no se estiende à las
cosas posseidas por otros, aunque
su possession no sea justa, sino colorada, como lo dize otro texto, i
los que le glossan.
Si ya no constare de sus palabras, que tuvo sabiduria de la injusta detentacion del
tercero, i que todavia hizo la nueva gracia, por que entonces le valdrà por lo menos para litigar
cō
con
el
intruso, i vencerle, i echarle de lo
que injustamente possee.
Pues al
que puede proveer un beneficio de
pacifica, i segura vacante, no ay razon por donde se le pueda ni deba
negar, que pueda tambien proveer el litigioso, si quiera para efeto de que el impetrante siga este
litigio judicialmente.