Dexolas de insertar aqui, por
ser tantas; pero valga por todas la
del Rey nuestro Señor don Felipe
IV. que Dios guarde, con los ren|
glones que anadio en ella de su letra, i por su poderosa, i piadosa
mano, que dexo citada, y inserta
en el capitulo 12. del libro primero, i en el fin del quinto de este segundo, i las ordenanças antiguas,
y modernas, dadas para el supremo Consejo de las Indias, de las
quales, la nona, entre las que oy
corren, dize estas palabras:
Por lo
que querriamos favorecer, i hazer
bien à los Indios naturales de nuestras Indias, sentimos mucho qualquier daño, ò mal que se les haga, i
dello nos desservimos. Por lo qual encargamos, i
mādamos
mandamos
à los del nuestro Consej
o de las Indias, que con particular aficion, i cuidado procuren
siempre, i provean lo que convenga
para la conversion, i buen tratamiento de los Indios, demanera, que
en sus personas, i haziendas, no se
les haga mal tratamiento, ni daño
alguno;
antes en todo sean tratados,
mirados, i favorecidos como vassallos nuestros, castigando con rigor à
los que lo contrario hizieren, para
q̃
que
con esto los dichos Indios entiendan,
la merced que les deseamos hazer, i
conozcan, que averlos puesto Nos, debaxo de nuestra proteccion, i amparo, ha sido por bien suyo, i para sacar
los de la tirania, i servidumbre en
que antiguamente vivian.