El Padre Ioseph de Acosta,
en dos lugares de sus doctos, i elegantes escritos, dexô
advertido este proprio punto, con
palabras aun mas encarecidas, que
quantas he referido, diziendo,
que estos Caciques para lo bueno, i para lo malo, tienen absolutamente en su mano la voluntad
de los Indios comunes, i que ganados aquellos, lo estaràn estos;
porque siempre hazen de ellos lo
que quieren, i les persuaden lo
que sienten: i que en tiempo de su
infidelidad era tanto lo que veneraban à sus Reyes Incas, que solo tenian por Dioses, sin discurrir mas, los que èl les señalaua.
I que si los nuestros no huvieran errado en la muerte de Atahualpa, ô Atabaliba, solo con reducir à este à la Fè, en muy breve tiempo la vieran estendida, i
entablada en todo su Imperio;
porque estos barbaros son en gran
manera obedientes, i aun rendidos à sus Reyes, i Capitanes.