En tanto grado, que en la provincia de Mexico, quando los Indios eran tan pobres, que no tenian
de que tributar à su Motezuma,
les obligaba, à que si quiera le pagassen cierta pension de piojos, los
quales le ofrecian, cosidos en unas
talegas; como lo dize el mesmo Antonio de Herrera:
i añade, que
quando los Españoles entraron en
su Palacio, hallaron muchas de estas talegas en una sala, que tenia
diputada para guardarlas.