I testifica el Padre Acosta,
que vio muchos en el rio de la Hacha, que se detenian debaxo del agua casi media hora sin respirar, con inmẽ so inmenso trabajo, i sumo peligro, i que para esto era necessario que comiessen poco, i se guardassen del accesso de las mugeres, i aun de todo comercio, i les ponian guardas de noche, i passaban la vida con tantas molestias, que era del todo indigna de hombres, que estàn mandados ser libres, i tratar como tales.
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