I supuesto,
q̃
que
quando se començaron estas
cōquistas
conquistas
, no se tenia noticia de semejantes riquezas, bien
se echa de ver, que no se movieron
por ellas. I
quādo
quando
despues de aver
las reconocido, las apeteciessen, i
procurassen, no se debe, ni puede
esto tener por culpable, pues parece que las previno, i dispuso Dios
por espuelas para aguijarnos à tan
largas, i peligrosas jornadas, como, en explicacion de algunos lugares de la sagrada Escritura, lo
dexè apuntado en el capitulo antecedente.