I no medraremos mas en la extricacion de este laberinto, si pidieremos algun hilo para salir bien
dèl, à los mesmos Indios, preguntandoles lo que entienden de
su propagacion, i quienes fueron, ò de donde vinieron sus pri|
meros Autores. Porque como ni
tenian letras, ni otras formas en
q̃
que
poder conservar tan antiguas memorias, excepto vnas pinturas de
que usaban los Mexicanos, i unos
nudos en hilos ò cordeles los Peruanos,
q̃
que
en su lengua llaman
Quipos, que apenas bastaban a conseruar, aun confusas, las de quatrocientos años,
es cosa de admiracion, quan varias, fabulosas, i ridiculas son las noticias, ò tradiciones,
q̃
que
todos en todas partes dan,
ò fingen de sus origenes. I los mas
entendidos se
reducẽ
reducen
à pensar, que
fueron criados, i nacidos ellos i sus
passados, en el Orbe que habitan, ô
que fueron hijos del Sol, ò salieron del mar, ò de ciertas cuevas,
lagunas, fuentes, ò peñas que señalan, como se
podrā
podran
ver mas latamente en los que refieren en particular sus historias.