De lo qual no debemos maravillarnos; por
q̃
que
esta dificultad apretô
de suerte à S. Agust.
q̃
que
quiso mas
afirmar ser impossible,
q̃
que
estas partes Australes fuessen habitadas de
hōbres
hombres
, i negar, como negô,
q̃
que
huviesse Antipodas,
q̃
que
confessar (oprimido de tan apretado argumento)
que en alguna parte del mundo se
pudiessen hallar hombres, que no
descendiessen de Adan. I esto, por
tener por absurdo el gran Santo,
q̃
que
algunos de sus descendientes pudiesse aver passado a ellas, atravesando la inmensidad del Oceano, i
no teniendo, en aquellos rudimentos del mundo, modo, ni arte
para poder navegarle, ni conocimiento de la piedra iman, i aguja de màrear, como luego diremos.