Pero para que son menester
testigos particulares, en cosa tan
notoria, i que todos los mesmos
Reinos de Europa, i aun de la
Asia, la confiessan, i experimentan
en general, pues como el Padre
Escribano
lo dize, si algo alcan
çan de semejantes riquezas, es, lo
que con varias traças nos procuran sacar, i usurpar de las nuestras. Punto en que estiende mas
la pluma el docto Iurisconsulto
Alonso Carranza,
culpando en
esta parte nuestro descuido, proponiendo medios para emendarle, i
afirmando, que despues que se descubrieron las Indias, han salido
de España mas de mil i quinientos millones, sin bolver à ella ni
una minima parte. Cosa digna de
lastima, pues, como en otro lugar lo he dicho,
aviamos de poner todo nuestro estudio, i ingenio
en procurar lo contrario. I bien
reconoce, i aun blasona desto la
Francia, que totalmente carece
de estos preciosos metales, pues
de su Rey Enrico Quarto refieren
Pedro Mateo, i Tomas Lansio,
que solia dezir, como haziendo
burla de nuestro descuido, que no
necessitaba de tenerlos, pues los
Españoles eramos como sus deudores, i tributarios, i sin
q̃
que
èl nos
viniesse à buscar, le buscabamos à
èl, i le llevavamos cada año mas
de quatro millones.