I quando aun faltaran otras
razones, que les obligaràn à esto, valiera por muchas, la de la
gran confiança, que el Principe
haze de ellos en estos casos, i no
le engañar en
q̃
que
elija por juezes,
los que no debiera elegir, i remueva de los cargos publicos, los que
debiera mantener en ellos. Porque supuesto, que de ordinario sigue lo que consultan: por bueno,
entendido, i aventajado que sea,
le podran hazer errar facilmente,
si se aunan para engañarle, como
lo reconocio el Emperador Diocleciano, referido por Flavio Vopisco,
diziendo, que esta era una de las razones, que hazian muy
dificultoso el imperar bien, i que
mas le obligò à dexar esse cargo,
como ya lo he apuntado en otro
lugar.