I debe estar tan lexos un Oidor de enojarse con sus compañeros, ò quererlos mal, porque no
le sigan, ò se opongan à sus votos, i
pareceres, que antes el que es cuerdo, i lleva deseo de acertar, si despues de aver votado, viere que
otros son de mejor, i mas bien fundada opinion, ò que dan mejor salida al negocio de que se trata,
està obligado en conciencia à apartarse de la suya, i conformarse
con ellos, sin que en esto, ni por
esto pueda incurrir nota alguna,
porque antes la incurrirà mayor,
i con cargo de restitucion, si conociendo su error, persistiere en
el contumazmente, por hazer
pũ
to
punto
de honra en no retractarle, como con exemplos de la Medicina, i lugares de buenas letras, lo
prueba Pedro Andres Canonherio.
Entre los quales pone el de
Seneca, ya citado, que no es liviandad apartarse de un error conocido, i otro de Ciceron,
que
confiessa, que nunca pudo ser loable en varones aventajados en el
govierno de las Republicas, estarse siempre firmes en un parecer. Porque aun en un mesmo negocio es licito mudarle, si se varian los tiempos, i las razones, i
aunque no se
variẽ
varien
, reformando en
mejor nuestro proprio dictamen,
como lo enseñan algunos Textos i Dotores, i en nuestros terminos el Moderno Iuan Brantio.
I por esta causa, reprehende con
mucha razon Cornelio Tacito,
à Cessonio Peto, que porque no
pareciesse que seguia à otros, quando votaba en el Senado, afectaba singularidades, i hechaba siempre por los peores caminos.