I puedo hablar en esto de experiencia, por aver conocido à algunos de este mal natural, i que parece, que los pleitos agenos los
querian hazer proprios, porfiando en la defensa de su dictamen, i
despreciando, ò aborreciendo à
sus compañeros si no le seguian.
No considerando, quan ordinaria
es entre los hombres la variedad
de las opiniones, i quan natural la
facilidad de dissentir, i discordar
en sus juizios, i pareceres, como
fuera de nuestros Iurisconsultos,
nos lo dexaron bien advertido Plinio Iunior, i muchos Autores que
Yo juntè en otro lugar.
A los
quales añado aora (fuera de otros)
à Dionisio Gotofredo,
que dize,
que esta no solo es facultad, sino
igualdad natural. I à Ciceron, que
con su acostumbrada eloquencia,
nos enseña en su libro primero de
los oficios, que como en los cuerpos, en los rostros, en el tono de
la habla, i en los gustos, i costumbres, se diferencian, i fue
conveniẽ
te
conveniente
, que se diferenciassen los hombres, assi en los animos, opiniones i pareceres se hallan, i conviene que aya las mesmas, i aun mayores variedades.