En qvarto lugar les advierto, que despues de aver mirado, i
estudiado bien lo que han de determinar, quando entraren à dar
sus votos en el Acuerdo, tengan
en memoria aquella inscripcion,
q̃
que
se dize estar escrita en marmol à
la entrada de la Curia de Ratisbona:
Qualquier Senador que por
causa de su oficio entrare en esta Curia, dexe, i deponga à la puerta
della todos, i qualesquier particulares afectos, ir a, odio, amistad. Porque en la forma que con j
usticia, ò
inj
usticia j
uzgare à otros, assi debe esperar, i sepa que ha de recebir el j
uizio de Dios.
Palabras,
q̃
que
parece se tomaron de aquel celebrado apotegma del gran don Alonso Rey de Aragon, de quien
refieren Erasmo, i Antonio Panormitano,
que solia dezir, que si
le aconteciera aver nacido en tiempo de los Antiguos Romanos,
avia de labrar enfrente de la entrada del Senado un templo consagrado a Iupiter Positorio, en
que los Senadores, antes que entrassen en el Senado, depusiessen
el odio, el amor, i todos respetos
particulares. Porque verdaderamente, conforme al insigne Disticho del Savanarola,
estas quatro cosas,
Temor, amor, dadivas, i
rencor, suelen de ordinario pervertir los rectos j
uizios de los hombres.