I con la mesma consideracion,
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i atencion se ha de ir en las Consultas, que para cosas politicas de
govierno, guerra, ò hazienda suelen pedir los Virreyes, ò Presidentes à los mesmos Oidores de las
Indias, para las quales, casi siempre los suelen llamar, sin apercebirles del punto que se ha de tratar.
Cosa que con mucha razon la notan Canonherio, Gaspar Ensl, i
otros Autores, i particularmente Thomas Moro,
advirtiendo,
ser à mas conveniente, que si el negocio que se propone en un Senado es grave, se difiera su resolucion para otro. Porque suelen muchos arrojarse à votar, i deliberar de repente, lo que les viene à
la boca, i despues, aunque conozcan que erraron, porfian, i persisten en defender lo que ya una vez
dixeron, por no confessarlo, i no
miran tanto por el bien de la causa publica, como por el punto de
honra, de no retratarse. Siendo
assi,
q̃
que
esto no se puede tener por
liviandad, sino antes por suma prudencia, i cordura como gravemente lo dixo Seneca.