Mas no puedo dexar de tocar
una que se ha ofrecido estos dias,
i es, si podrà un Obispo ponerse el
Palio à si mesmo, sin esperar à recebirle de mano de otro Prelado,
o persona
cōstituida
constituida
en dignidad,
à quien de ordinario suele venir
cometida esta accion, ò funcion,
como lo dexo dicho en el capitulo antecedente? I respondo, que
no puede por ningun caso, i que
si temerariamente hiziesse lo contrario, pondria à riesgo de nulidad todo aquello que se obra
mediante el uso, i autoridad del
Palio, i demas de esso podria ser
castigado arbitrariamente, como lo advierte Azor,
cuya do|
trina no vio, ò tuvo en poco, cierto Arçobispo de las Indias, i en
acabando de recebir la caxa tachonada, en que con tanta decencia se
embia el Palio de Roma, la abriò,
i se le puso de mano propria en su
Oratorio, dando por razon,
q̃
que
no
necessitaba de recebirle de otra,
porque ya en Roma se le avian dado, i entregado en su nombre, i
para este efeto, à su agente ò procurador.