TOdos los Emperadores, Reyes, i Principes absolutos
de la Christiandad, por solo
ser dueños del
suelo en que se
fundan, i edifican las Iglesias de
sus Estados, toman en si, como por
derecho proprio, i regal comunmente, la proteccion, i defensa dellas, i en especial de las Catedrales, segun la comun opinion de todos los que tratan de esta materia.
I aunque algunos dellos estienden tanto esta proteccion, que
la llaman i hazen derecho de Patronazgo; lo mas cierto es, que
solo queda en nombre, i fuerças
de tutela, i patrocinio, como lo dizen otros que mejor sienten,
i
que no pueden tener derecho especial de Patronazgo en Iglesias, i
Obispados, sino mostraren titulos dèl, por fundacion, dotacion,
privilegio de la Sede Apostolica,
ò presentaciones, i otros actos
multiplicados, que descubran esse
derecho, continuados por transcurso de largo tiempo, como lo
declarò el santo Concilio de Trento.