I es de saber, que aviendo sido
embiado el año de 1554. por Virrey del Perù don Andres Hurtado de Mendoça Marques de Ca
ñete, que llaman El Viejo, (à diferencia de otro Marques hijo suyo,
que tuvo el mesmo cargo) i se le
huviesse quitado el poder i facultad, que solian llevar otros Virreyes, para dar Encomiendas,
porq̃
porque
entonces se estaba tratando, si
cō
vendria
convendria
perpetuarlas, como lo acabamos de dezir en el capitulo
antecedente. El, tomando ocasion
de las palabras de la cedula Real,
en que prohibiendole el Encomendar, se le dezia, buscasse otros medios, como entretener, consolar, i
remunerar à los benemeritos de
aquella tierra, i juzgando
juntamẽte
juntamente
, que podria convenir para la
seguridad, i guarda della, i de su
persona, instituyò, i formò unas
compañias de soldados de acavallo, à los quales llamò Lanças i Arcabuzes, i otra de Infantes, ò soldados de à pie, que llamò Alabarderos, à imitacion de los que en
Castilla llamamos Continuos, i les
consignò en las rentas de las mejores Encomiendas, que entonces
vacaban 114500. pesos de plata ensayada, en tal forma, que cada uno
de los Lanças ganasse cada año mil
pesos, i de los Arcabuzes, quinientos, i de los Alabarderos, ciento i
ochenta; con cargo i
obligaciō
obligacion
de
acudir à la defensa del Reino en
las ocasiones que se ofreciessen, i
acompañar con sus armas i cavallos la Persona del Virrey, dondequiera que fuesse, para que assi su
dignidad, i la de su Magestad, que
en ella se representa, fuesse mas respetable.