Especialmente siendo cosa notoria, que la embriaguez, segun san
Basilio, i san Ambrosio,
es un demonio voluntario, madre de toda
malicia, enemiga de toda virtud, i
el principal incentivo, ò fomento
para la idolatria, como se colige
del lugar del Exodo,
donde, de
averse sentado el pueblo à comer,
i beber tan desenfrenadamente, se
dize, que se levantaron luego à idolatrar.