Aunque es de advertir en ellos,
que sin embargo de que estè prohibido el venderlos, ô arrendarlos
especificadamente, no serà injusto,
ni reprobado, que el que vende, ò
arrienda las minas, ò tierras à que
se suelen repartir, lleve algun mas
precio por ellas, en consideracion
de este repartimiento. Porque esse, siendo tan ordinario, i seguro de
conseguirse, como se ha dicho, por
lo menos ocasiona esperança de su
continuacion, la qual es precio estimable en muchos casos, que larga, i copiosamente refieren Tiraquelo, i otros.