Con lo qual, viene ya à ser, no
solo de por vida, sino aun perpetua
i hereditaria su servidumbre, pues
va passando de padres en hijos, cosa que no sucedia en los condenados al metal, pues la muerte, i aun
la quiebra en su salud, daba fin à
su pena, como lo dize una ley, i
Plinio Iunior escribiendo à Trajano.