QVando los Titulos ponderados en el capitulo antecedente, no tuvieran la fuer ça, i sustancia, que por ellos parece, pudieran recebir mucha, considerando, que todos quantos Indios hasta aora se han descubierto en este nuevo Orbe, eran Infieles, è idolatras, como se ha dicho, sin tener conocimiento alguno de nuestro verdadero Dios i Criador, i mucho menos de su precioso Hijo, Salvador i Redẽtor Redentor nuestro Iesu Christo, ni de la Lei Evāgelica Evangelica i de gracia, que vino à predicar al Mundo, i esso bastava, para que solo por esta causa, quando faltaran otras, se les pudiera hazer guerra, i ser legitimamẽte legitimamente privados i despojados de las tierras, i bienes que posseian, tomandolas en si i para si en dominio, i governaciō governacion superior los Principes Catolicos, que las conquistassen, principalmente teniendo para ello licencia del Romano Pontifice, cuya universal jurisdicion sobre los mortales, se estiende tambien à los Reinos de los Infieles. Como por palabras expressas lo enseñ ò, hablando en comun de todos los Infieles, el doctissimo Cardenal Hostiense, seguido comunmẽ te comunmente por infinitos Canonistas, i Teologos.
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