Siendo assi, que aunque no queremos, ni podemos negar, que
mucha de la gente ordinaria iria
à estas navegaciones, i conquistas, alentada con esse cebo. En
nuestros Catolicos Reyes, i en sus
bien mirados Caudillos, siempre
tuvo el primer lugar el de la conversion de las almas de los Infieles; como lo descubre la piadosa Oracion, i Protestacion, que
don Christoval Colon hizo, luego que puso pie en las primeras islas, i tomô possession en ellas, i
por las mas, que esperaba descubrir.
I las Christianas i religiosas instrucciones que se daban à todos los que se embiaban à nuevos
descubrimientos, de que ay tan repetida mencion en toda la Histo|
ria de Antonio de Herrera, i bolveremos à tratar en el cap. 12.