I no por esto se excluye, ni niega el gran cuidado, i
diligẽcia
diligencia
, que
los Apostoles pusieron en predicar, i propagar el Evangelio, que
essa
biẽ
bien
conocida es, i los hizo muy
dignos de los nombres de Angeles veloces, i otros, que como diximos, les dà la Escritura. Pero ella
mesma, i los Autores que la explican,
refieren las Provincias, que
à cada uno le cupieron en suerte, ô
por providencia divina, i no se hallarà en ellas alguna, que pueda aplicarse à estas Australes, i
Occidẽ
tales
Occidentales
. Antes nos enseñan, que hasta
la fin, ô consumacion del mundo ha
de aver à quien predicar, i à quien
convertir de nuevo.