Toda via yo nunca he hallado
argumento, ni rastro bastante para
afirmarlo, i assi me voy con la opinion de otros Autores, no menores
en numero, ni menos graves en erudicion,
que sienten,
q̃
que
hasta nuestra entrada, no la tuvo en este Nuevo Orbe el santo Evangelio. Porque no aviendo sido por milagro,
(lo qual no es de nuestra disputa)
obstan à esta entrada todas las dificultades, que para las demas de
los siglos antiguos propuse en el
capitulo antecedente.