I he dicho, i buelvo à dezir, que esta predicacion, i conversion se reservò à nuestros tiẽpos tiempos , i nuestros Reyes, i sus Ministros, i vassallos. Porque aunque ay algunos,
que quieren persuadirse, que ya se avia començado en tiempo de los Apostoles, ò por alguno de ellos, ò de sus dicipulos, pues David nos ense ña,
que por toda la tierra, i hasta los mas remotos fines del Orbe penetrò su sonido. Con quien parece contestan otros lugares de S. Pablo, i de los Evangelistas, que usan repetidamente de la mesma uniuersalidad.
Como tambien la hallamos en Eleutero Papa, Tertuliano, Firmiano, i otros graves Autores.
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